Nos estresamos por las cosas que podemos controlar y por las cosas que no podemos controlar. Pareciera que el estrés es una parte natural de nuestra vida, pero no tiene por qué ser así…

Ir al SPA una vez por semana podría ser la solución, pero causaría un impacto importante en nuestros bolsillos, así que Danielle Dowling (Doctora en psicología y coach de vida) nos da 5 tips que pueden ayudar a relajarnos:

1.Socializa conscientemente

Socializar puede causar o reducir el estrés. La mayoría concuerda en que pasar tiempo con las personas correctas puede ser un experiencia energizante y rejuvenecedora. Si llenas tu tiempo y tu mente con compañía y conversaciones que te nutren, es probable que te sientas mejor después de verl@s. Así que analiza y decide quién vale tu tiempo y energía.

2. Visualízate con frecuencia

La visualización es una herramienta poderosa.  Cuando estés en un estado estrés, visualízate en el estado en el que preferirías estar: libre, en paz, tranquil@…Visualiza el estado que deseas y observa cómo tu mente y tu cuerpo comienzan a moverse hacia ese estado.
Por supuesto, la visualización no borrará esa fecha límite inminente o traerá a tu alma gemela a tu puerta (o tal vez lo hará, ¿quién sabe?), Pero cambiará tu estado mental, físico y emocional, hoy, para que puedas comenzar a experimentar los sentimientos que preferirías tener.

3.Respira profundamente

Todo vuelve siempre a la respiración. Cuando estamos estresados, nerviosos o ansiosos aguantamos la respiración, o respiramos muy superficialmente.

Haz una nota mental para respirar cuando te sientas estresado.  Haz una pausa y respira profundamente por la nariz, por la boca, todo el tiempo que lo necesites. No solo descubrirás que tu ritmo cardíaco se ralentiza y que la palabrería de tu mente tiende a cesar, también es probable que encuentres una mayor claridad en torno a lo que te molestaba.

4.Ejercítate diario

Sin movimiento, el estrés permanece en el cuerpo. La próxima vez que estés estresado, intenta salir a correr o hacer yoga o inscríbete en una clase de spinning o simplemente da un paseo por la cuadra. Cuando haces que tu cuerpo se mueva, el estrés puede moverse a través de ti también.
Aún mejor, haz un hábito diario de ejercicio para que el estrés no tenga oportunidad de permanecer en tu cuerpo.

5. Toma una ducha 

Y cuando todo lo demás falla (¡aunque prometo que los consejos anteriores no lo harán!), Consiéntete. Cuando el estrés no disminuya, date el tiempo y el espacio para disfrutar de un buen baño. Puedes crear una experiencia relajada e indulgente, libre de estrés, desde la comodidad de tu propia bañera.
El agua es curativa y reparadora. Con solo pasar un rato sumergid@ en el baño, saldrás sintiéndote más limpi@ y más fresco en cuerpo, mente y espíritu.

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Hasta pronto 🙂